Del amor Afectivo, al Amor efectivo
Desde hace 3 años, en la Tablada de Lurín, distrito de Villa María del Triunfo funciona la Asociación de las Bienaventuranzas, una obra de amor que atiende y acoge a “los más pobres entre los pobres”. Así lo cuenta el Padre Omar Sanchez, sacerdote diocesano, pero de corazón franciscano capuchino, que adopta a “los descartados del Perú”. En este hogar de acogida se reciben personas de todas las edades en situación de abandono, con enfermedades físicas, psiquiátricas y con necesidades especiales en educación.
En el año 2020, el Padre Omar adoptó a un bebé de dos meses con Síndrome de Down, al que le puso el nombre de Ismael, quien fue abandonado por su madre que padecía de alcoholismo y esquizofrenia y así como este pequeño, ha recibido a muchos niños, jóvenes, adultos y ancianos con distintas condiciones. El pasado 5 de noviembre llegaron al hogar Haydé, de 8 meses con Síndrome Down, Eliel, de 2 años. con Síndrome Down y Flor Marita con retardo mental severo y 33 semanas de embarazo.
El amor no se mide por los afectos que podamos dar, sino por la capacidad que tenemos de entregar nuestra vida a los demás y esta es una de las formas más hermosas de vivir el amor, con acciones concretas, que salvan y transforman otras vidas.
“Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”.
Gracias Padre Omar, por el esfuerzo de hacer de este mundo un lugar más solidario, libre, justo e inclusivo y por enseñarnos con tu vida, en qué consiste amar como Jesús.