Hola… Este domingo quiero compartir contigo una historia que espero sirva como reflexión mientras nos acercamos al 28 de julio, uno de los días centrales de nuestras Fiestas Patrias.
La historia trata sobre una niña que, un día, decidió aventurarse sola en el bosque.
Mientras caminaba, observó con detenimiento su entorno y descubrió una mariposa atrapada en un espino. Siendo una niña generosa y amante de la naturaleza, especialmente de los animales, se acercó con mucho cuidado y liberó a la mariposa sin hacerle daño. La mariposa, agradecida, voló inmediatamente y la niña siguió su camino. De repente, la mariposa se transformó en un hada hermosísima. «Eres una niña llena de bondad», le dijo el hada. «Quiero concederte un deseo. Pídelo y lo haré realidad». Sin vacilar, la niña respondió: «Quiero tener una vida feliz». El hada se inclinó y le susurró algo al oído antes de desaparecer. Con el tiempo, la niña creció y vivió una vida de felicidad inigualable. Cuando alguien le preguntaba cuál era su secreto, ella simplemente respondía: «Cuando era niña, escuché las sabias palabras de un hada». Ya anciana, sus vecinos le insistieron para que revelara el secreto antes de llevárselo a la tumba. Finalmente, la niña compartió: «El hada me dijo que, aunque las personas parecieran seguras de sí mismas, todas me iban a necesitar en algún momento. Y así he vivido, dando lo mejor de mí a cada persona que se cruzó en mi camino, y siendo inmensamente feliz gracias a ello».
Al iniciar esta reflexión, y a solo una semana de nuestras Fiestas Patrias, pensemos en la sabiduría de esta historia. Imaginemos que un hada madrina nos susurra al oído que la mayor felicidad que podemos lograr, tanto a nivel personal como país, radica en dar más que en recibir. Recordemos las palabras de John Fitzgerald Kennedy en un discurso memorable a los habitantes de su pueblo: “No preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país”.
«El amor es la belleza del alma » San Agustín
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!
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