Reflexiones – Por los caminos del Señor

Hola… No podría comenzar esta conversación sin primero agradecer a Dios por la larga y maravillosa vida de mi padre que hoy domingo está cumpliendo 93 años. Espero que como buen hijo, mi oración a Dios se convertirá en gratitud y en deseo de que me siga acompañando muchos más años.
Cada 27 de agosto, la Iglesia recuerda a Santa Mónica, una extraordinaria mujer que con su vida marcó una ruta ejemplar como cristiana, como esposa, como madre y sobre todo como quien supo esperar a que su hijo Agustín decidiera enfocar su vida desde el corazón de Jesús. En la vida no le fue fácil su relación con Patricio, su esposo, quien era pagano y era el común denominador de los ciudadanos romanos. Sin embargo, como persona y como marido la situación no era fácil, a tal grado que Agustín cuando escribió sus CONFESIONES relató que él en varias oportunidades le pidió a su madre que dejara a su padre, porque la relación entre ambos no le brindaba ninguna estabilidad, sin embargo, Mónica supo esperar que su hijo se convirtiera, como supo esperar que Patricio también se convirtiera. Mónica le decía a su hijo que el corazón de su padre Patricio era el corazón de un hombre bueno, que algún día sabría rectificar, como así lo hizo y así sucedió.
Por el espacio quería decirte que mañana lunes es la fiesta del fundador de los agustinos, San Agustín, a quien la iglesia reconoce como el más sabio de los santos y el más santo de los sabios. Ingrato sería que un agustino como quien escribe, apenas le concediera dos líneas a uno de los pilares fundamentales de la Iglesia. En su momento hablaremos más de él, pero desde aquí imploramos a Santa Mónica y San Agustín, por un lado perseverancia y por el otro lucidez para tomar en la vida las mejores decisiones y a lo mejor repetir con San Agustín esta frase que nos dejó en sus escritos: “TARDE TE AMÉ, HERMOSURA TAN ANTIGUA Y TAN NUEVA, TARDE TE AMÉ …”
No podríamos hoy despedirnos sin tener presente a nuestra patrona de América y de las Filipinas, Santa Rosa de Lima, si me permiten en una frase diría: “Siempre supo lo que quería y lo quiso en plenitud”.
El domingo pasado desde mi pueblo te conté una historia que dejamos a la mitad, me comprometo el próximo domingo a completarla.

«La medida del amor es el amor sin medida».
San Agustín

Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!
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